(Image from IMDB)
Comenzando una nueva serie de posts, echamos un vistazo a esta encantadora película danesa basada en el relato corto de Karen Blixen.
Hay veces en las cosas vienen a tí sin que te lo esperes, pero cuando las necesitas más. Este fue mi caso con Babette’s Gæstebud, conocida en español como El festín de Babette.
Dirigida por Gabriel Axel en 1987, y basada en un relato corto de la autora danesa Karen Blixen (Sí, la que fue interpretada por Meryl Streep en Memorias de África), que va sobre dos hermanas , Philippa y Martine, que viven en un pueblecito de Jutlandia (Dinamarca) en el SXIX.
Son las dos hijas de un pastor protestante, que en su juventud dijeron no a sus pretendientes: Lowens Löwenheim, un oficial de caballería sueco que corteja a Martine, y Achille Papin, un barítono super star que está en un viaje de relax al campo y que da clases de canto a Philippa.
Es gracias a Monsieur Papin que, muchos años después, Philippa y Martine conocen a Babette Hersant, una cocinera de París que es una refugiada de la Comuna . Le dicen que no se pueden permitir tener una cocinera, pero ella les dice que trabajará gratis. Acceptan, y ella trabaja y vive con ellas los siguientes catorce años, mejorando sus vidas y las del resto de la congregación con su cocina.
El único lazo que Babette tiene todavía con Francia es un billete de lotería que un amigo renueva por ella todos los años. Resulta que la gana, y con ella 10.000 francos. Lo que quiere hacer es ofrecerle a las hermanas y a la congregación una cena muy especial por la celebración del centenario del nacimiento del padre de Philippa y Martine.
No voy a decir nada más de la historia para no spoilearla (aunque la película tiene 32 años, no creo que ya se puedan considerar spoilers) porque, la verdad, la película es una verdadera delicia. Al igual que En lo más crudo del crudo invierno es mi película de Navidades, El festín de Babette es mi película de confort. No sólo está filmada de una manera maravillosa, con frames que parecen pinturas, es que es la película más adorable y levanta ánimos de todos los tiempos.
Quizás debería añadir un en mi humilde opinión aquí, ya que todo depende de la opinión de cada uno. Pero esta película se ha quedado conmigo desde que la vi por primera vez, hace un año y un poquito. Precisamente, ha sido poquito a poco que esta película no sólo se ha convertido en la que es probablemente mi película favorita, sino que me ha recordado las alegrías de mi carrera y vida en general en un momento que todo lo malo parecía más que lo bueno.
Después de todo, como le dice Babette a Martine y Philippa: Un artista nunca es pobre.
Aunque creo que me queda un largo camino para poder considerarme una verdadera artista como Babette, esa el la cosa. No somos sólo ricos por lo que tenemos en el banco (aunque, seamos sinceros, eso también ayuda), pero por lo que damos al mundo, y si lo que damos al mundo viene de la bondad de nuestro corazón y de nuestros conocimientos adquiridos, será entonces cuando seamos los más ricos.